Sobre ideas de la mente de Daniel Rodríguez Carreiro

Sobre ideas de la mente de Daniel Rodríguez Carreiro en debate con Juan Ramón Rallo.

Daniel defiende la filosofía de la mente basada en el hilemorfismo aristotélico tomista: ser humano formado por cuerpo (materia) y mente (o alma, forma). La parte racional (logos, razón, lenguaje) incluye voluntad e intelecto. Es esencialista: el ser humano puede conocer por abstracción las características de los seres (como por ejemplo un triángulo); puede conocerse a sí mismo con sus características de cuerpo y mente. Según Daniel el dualismo de sustancias y el hilemorfismo son las únicas filosofías de la mente que permiten intencionalidad.

Esto refleja los problemas de la escuela austriaca (economía, ética), que suele basarse en ideas filosóficas anticuadas en lugar de en ciencias naturales avanzadas: en este caso, cibernética, psicología (especialmente evolucionista), ciencia cognitiva, teoría de la información.

La mente, con parte consciente e inconsciente, es el resultado del funcionamiento del cerebro, percibido subjetivamente en primera persona, como órgano encargado de procesar información, construir y detectar patrones, conocer y comprender el mundo, y dirigir la conducta del organismo como agente. La mente de cada individuo representa la realidad y tiene modelos de la misma y de la propia mente que siente, piensa y dirige la acción, y aplica esos modelos descriptivos, explicativos y predictivos a sí misma y a los demás individuos para poder comprenderse, coordinarse, cooperar y competir. La intencionalidad es una forma sofisticada de control cibernético de la conducta: no la tienen solo los seres humanos, y no es la única forma de control de conducta en seres humanos (reacciones, hábitos, automatismos).

El solipsismo es absurdo. Los zombies (mentales, Chalmers) no existen, están mal imaginados. El experimento mental de Searle de la habitación china no demuestra que la mente no pueda ser algorítmica o que las máquinas no puedan entender el lenguaje (pueden tener no solo sintaxis sino también semántica). Los seres humanos son máquinas (especiales, orgánicas, biológicas, con mente compleja y autoconsciente).

Es problemático o paradójico que Daniel afirme que la intencionalidad ajena no se puede probar, al ser un hecho subjetivo, íntimo, introspectivo, siendo economista austriaco que se basa en la praxeología o análisis formal de la acción intencional de todos los seres humanos como axioma irrefutable.

Ver:

Cibernética I

Cibernética II

Cibernética y acción humana intencional

Cibernética y control (I)

Para comprender la mente y la intencionalidad como modo de dirección de la acción es necesario estudiar la cibernética y el control.

Etimología

El término cibernética procede del griego Κυβερνήτης (kybernḗtēs), el timonel o piloto que gobierna una embarcación. Cibernética y gobierno tienen el mismo origen etimológico y comparten las mismas ideas subyacentes: entender la cibernética es equivalente a entender el gobierno porque ambos se refieren al control.

Aunque la cibernética pueda parecer algo extraño y complicado, relacionado exclusivamente con la ingeniería, lo artificial, la tecnología, las máquinas, los ordenadores, la informática y los robots, en realidad es el estudio del gobierno, la dirección o el control: es aplicable no solo a máquinas o herramientas, sino también a todos los seres vivos individuales como agentes autónomos capaces de dirigir su conducta, y a grupos sociales que necesitan algún tipo de coordinación y gobierno.

Norbert Wiener acuña y populariza el término cibernética en su libro Cibernética: o El control y comunicación en animales y máquinas (Cybernetics: Or, Control and Communication in the Animal and the Machine) (Wiener, 1948).

El control en un barco: timón y timonel

El control del movimiento de una embarcación mediante el timón y el timonel es un ejemplo que sirve para presentar de forma concreta las principales ideas abstractas de la cibernética.

Un barco es un objeto móvil sobre el agua cuya dirección de movimiento puede controlarse por un timonel al mando de un timón. El timón es un dispositivo con una superficie orientable que permite maniobrar una nave que se mueve sobre un fluido (como un buque sobre el agua), o una nave que se mueve a través de un fluido (como un submarino en el agua, o una aeronave en el aire): al cambiar la orientación de la superficie respecto al movimiento relativo del fluido se generan fuerzas y momentos de giro o rotación. El timonel o piloto es la persona que maneja el timón mediante una caña, una rueda o una palanca, según su propio criterio o según las órdenes de un superior, para mantener el curso o virar a babor o estribor (izquierda o derecha), pudiendo además modular la velocidad del giro (más despacio o más rápido).

Un barco necesita un único timón de control porque su movimiento es solamente en dos dimensiones sobre la superficie del agua. Las naves que tienen movimientos más complejos en tres dimensiones dentro de fluidos utilizan varios timones o superficies de control para las rotaciones respecto a sus tres ejes: en una aeronave son el timón de profundidad (para el cabeceo arriba o abajo), el timón de dirección (para la guiñada izquierda o derecha) y los alerones (para el alabeo).

Un barco suele tener un timón fijado a la popa, pero también es posible controlar la dirección mediante un remo con una pala grande que se introduce en el agua por el lado al cual se desea virar. Los sistemas de propulsión mediante remos o hélices también pueden utilizarse para maniobrar la nave si permiten impulsar más de un lado que de otro.

El timón es el actuador o efector mediante el cual es posible controlar la dirección del barco. Sin embargo el timón, siendo necesario, no es suficiente, ya que no funciona solo: requiere un timonel, quizás asistido por una tripulación, para manejarlo. La tripulación constituye la sensibilidad y la inteligencia del barco. El timón permite girar, pero es necesario decidir cuándo y cuánto girar, por qué y para qué. Poder girar no sirve de mucho si lo haces al azar. No basta con poder virar a un lado o a otro: también hace falta percibir e interpretar el entorno y las circunstancias ambientales, conocer el estado de la embarcación, conocer la posición de la nave, y saber cómo llegar al destino deseado de la forma más eficiente posible. Mientras que la tecnología del timón es relativamente simple y fácil de optimizar, la sensibilidad y la inteligencia constituyen los elementos más complejos e influyentes del control: el timonel o su capitán son quienes están al mando del timón, y no al revés. Un barco sin timón puede sustituirlo con relativa facilidad; la sensibilidad y la inteligencia son más valiosas y difíciles de conseguir. Es la inteligencia humana la que diseña, produce y maneja el timón.

El sistema de control de un barco

El sistema de control del barco se hace ciertas preguntas e intenta contestarlas: ¿dónde estoy?; ¿cómo estoy, cuál es mi propio estado?; ¿qué hay alrededor?; ¿cómo está el entorno, cuáles son las condiciones ambientales?; ¿percibo alguna oportunidad o amenaza?; ¿cómo aprovecho las oportunidades y evito los peligros?; ¿qué conviene hacer en cada circunstancia?; ¿qué sucede si hago esto u esto otro?; ¿qué es lo que quiero, debo y/o puedo conseguir y cómo lo hago?; ¿adónde quiero llegar y cómo llego hasta allí?

Una nave sin capacidad de control está a la deriva, a merced de los elementos, o se mueve al azar, por lo que es inútil, ineficiente o peligrosa. Un barco necesita un sistema de control para conocer su posición, velocidad y orientación, para percibir el entorno, y para realizar ajustes de rumbo y velocidad en tiempo real: el piloto, en solitario o con una tripulación, navega, vigila, maneja el timón para mantenerse recto o virar, y ajusta la propulsión (los remos, las velas, los motores) para mantener la velocidad, acelerar o frenar. De este modo es posible seguir una ruta, corregir o compensar los efectos variables de los vientos, las olas y las corrientes marinas, aprovechar circunstancias favorables como vientos de cola o mareas adecuadas, evitar colisiones no deseadas con obstáculos (otro barco, un arrecife, una mina), apartarse de entornos peligrosos (una tormenta, un remolino), perseguir objetivos (un banco de peces, una ballena, un barco enemigo al cual disparar, embestir o abordar), escapar de perseguidores (un barco enemigo, un torpedo), y llegar al destino deseado (un puerto seguro, la isla del tesoro).

En un barco el sistema de propulsión genera fuerzas o impulsos y el sistema de control distribuye y orienta esas fuerzas en intensidad, en el tiempo y en el espacio: cuánta fuerza se aplica, cuándo se aplica, dónde y hacia dónde se aplica; si existen varios motores o propulsores estos deben estar coordinados para funcionar con eficiencia de modo que no trabajen unos contra otros. En una pequeña barca de remos o canoa con un solo ocupante, este debe encargarse de todas las tareas: orientarse, impulsar y dirigir la barca con los remos o las palas; el remero percibe el entorno con sus sentidos, piensa, decide qué hacer, y utiliza sus músculos y los remos para mover la embarcación. En una barca o canoa más grande con varios remeros estos deben además coordinarse para decidir hacia dónde ir y para remar de forma sincronizada: todos en el mismo sentido, a la vez y sin estorbarse unos a otros. Algunas embarcaciones disponen de un timonel para marcar el rumbo con el timón y el ritmo de los remeros con alguna voz o gesto: los remos o palas sirven para propulsar a mayor o menor velocidad, y también para dirigir la embarcación cuando se aplica más fuerza a un lado que a otro, mientras que el timón solo sirve para dirigir el barco; los remeros deben ser potentes, resistentes y capaces de coordinarse, mientras que el timonel no requiere mucha fuerza sino que debe ser hábil con la caña del timón y preferiblemente ligero. En un barco de vela con un solo tripulante este se encarga del timón y de izar, orientar y arriar las velas. Si son varios tripulantes a bordo estos pueden repartirse las tareas. En una pequeña barca con motor una sola persona puede encargarse de la propulsión y la dirección, que pueden estar separadas (hélices fijas y timón) o juntas (motor con hélices orientables). Un barco grande normalmente tiene una tripulación con múltiples especialistas (vigilancia, navegación, comunicaciones, velas, remos, motores), organizados en departamentos (cubierta, máquinas), y con una jerarquía de mando con un capitán en lo más alto para coordinarlos. Las relaciones de control son múltiples: cada humano es un agente autónomo que controla su propio cuerpo y su conducta, es capaz de controlar alguna máquina y a otros humanos, y puede recibir instrucciones de control de otros humanos; los tripulantes se coordinan entre sí, y entre todos controlan el barco.

Una embarcación puede usar diversas tecnologías, sensores y automatismos para asistir a la tripulación en las tareas de control: brújula, catalejo, dispositivos de medición de velocidad, estaciones meteorológicas, sistemas de navegación (sextante, sistemas de posicionamiento global por satélite), mapas, relojes, sistemas de comunicaciones (banderas, altavoces, emisores y receptores de ondas radioeléctricas), herramientas de vigilancia (radar, sonar), pilotos automáticos.

Parte del sistema de control puede estar físicamente fuera del sistema controlado. Una nave teledirigida puede pilotarse a distancia, por control remoto, desde fuera de la propia embarcación, por un operario competente: para ello es necesario poder comunicar instrucciones de control y quizás también información sobre el estado de la nave y su entorno. Un usuario que puede ver directamente el objeto móvil controlado (un barco, avión u otro vehículo) solo necesita poder transmitir instrucciones; si el objeto no está directamente a la vista, como en el caso de un dron o vehículo aéreo no tripulado que se encuentre a una gran distancia, entonces es necesario recibir algún tipo de información acerca de la posición del objeto y su entorno, obtenida con algún sistema de navegación y cámaras u otros sensores a bordo.

Un barco autónomo es capaz de controlarse solo sin intervención humana: tal vez sea necesario que alguien le indique un destino final específico, por ejemplo para transportar una carga de un punto a otro; o quizás el barco explora y se mueve por sí mismo indefinidamente según un programa predeterminado que decide qué hacer según las circunstancias, por ejemplo buscando bancos de peces y avisando a otros barcos pesqueros, o buscando residuos contaminantes y avisando a otros barcos recolectores.

Cuando un humano controla plenamente una máquina sin automatismos ni autonomía, es él mismo quien debe planificar, pensar, observar, decidir qué hacer y actuar para conseguir el fin deseado. Con un sistema de control autónomo inteligente el usuario marca un destino u objetivo, el sistema calcula cómo alcanzarlo, y la máquina ejecuta por sí misma las acciones necesarias para conseguirlo. Muchas máquinas combinan automatismos y cierto nivel de autonomía con la necesidad de ser dirigidas o supervisadas por algún operario.

Cibernética

La cibernética es la ciencia e ingeniería del control: estudia el control y la comunicación en máquinas y seres vivos. Los seres vivos son un tipo especial de máquina o sistema dinámico capaz de realizar trabajo: son agentes autónomos autopoyéticos; máquinas orgánicas, naturales, que se construyen a sí mismas, muy complejas y autorreguladas.

En los animales, y especialmente en los humanos, el control se realiza mediante la percepción, las sensaciones, la cognición, las emociones, los sentimientos, el pensamiento, la razón, la inteligencia, la memoria, la imaginación, la voluntad, el inconsciente, la consciencia, la autoconsciencia, el lenguaje, las reacciones, los automatismos, los hábitos y la intencionalidad.

Controlar un sistema es regular su estado, los valores de sus atributos; dirigir su evolución o su conducta; determinar de forma parcial o total su situación, sus cambios, su movimiento; interactuar e influir sobre él o manipularlo de algún modo para decidir qué hace y cómo lo hace. Controlo el encendido y apagado de la caldera, la intensidad de su funcionamiento, y la temperatura de la habitación; conduzco un vehículo y controlo la potencia del motor, la velocidad y la dirección.

El control puede ser de un sistema sobre otro o de un sistema sobre sí mismo (autocontrol, autonomía, automatismos, autorregulación, autooorganización): un sistema de control puede regular el funcionamiento de otro sistema diferente (un sistema controlador y un sistema controlado, como en el caso de un operario que maneja una máquina), o puede regular la conducta de un sistema del cual forma parte (como un sistema de control integrado en una máquina autónoma, o el sistema nervioso de un animal).

El control se realiza mediante el uso de información: es necesario obtener y procesar información (percibir y pensar), tomar decisiones y ejecutarlas; suele ser necesario también almacenar y comunicar información.

La información representa al mundo, al sistema y su entorno: cómo es, qué cosas hay, qué atributos tienen, qué valores tienen esos atributos, qué relaciones o interacciones hay entre las diferentes entidades, qué cosas son permanentes y cuáles cambian, cómo se producen los cambios, qué acciones pueden realizar los diferentes agentes, qué se puede hacer para pasar de un estado del mundo a otro, qué consecuencias tiene una determinada acción.

Los sistemas cibernéticos pueden ser más o menos complejos, sofisticados y potentes según qué y cuánta información reciban, cómo sean capaces de procesarla, y qué acciones puedan ordenar o realizar. Hay automatismos muy simples, como el sistema de control de la carga de la cisterna de un inodoro; y otros sistemas de control muy complejos, como el sistema nervioso de un ser humano. Las estructuras de control suelen ser los elementos más complejos del sistema del cual forman parte.

Los dispositivos de control constituyen la sensibilidad y la inteligencia de un sistema, frente a otros elementos más relacionados con la potencia o la fuerza bruta. La capacidad de control utiliza la sensibilidad y la inteligencia para dirigir de forma eficaz y eficiente la capacidad de trabajo, las fuerzas y los movimientos. La potencia sin control no sirve de nada, o no se aprovecha, o incluso resulta peligrosa: un automóvil requiere un conductor competente y unos sistemas mecánicos y electrónicos en buen estado; hay problemas si los neumáticos no agarran al suelo, o si la dirección o los frenos no funcionan bien; un conductor torpe al volante de un vehículo muy potente no le saca el máximo partido e incluso corre el riesgo de tener un accidente.

Controlar es regular, dirigir, gobernar, pilotar, conducir, guiar, manejar, manipular, maniobrar, vigilar, mandar, liderar, coordinar, supervisar, administrar, gestionar. La cibernética investiga los mecanismos, dispositivos, técnicas, procesos, funciones y estructuras para el control de la conducta de máquinas y agentes: su naturaleza, sus capacidades, sus necesidades, sus límites, sus problemas, sus costes, sus riesgos.

Algunos humanos son especialistas en las tareas de control y coordinación de máquinas, de animales y de otros humanos: son las funciones del operario, el timonel, el piloto, el conductor, el guía, el líder, el capitán, el supervisor, el vigilante, el jefe, el gobernante, el director.

La cibernética se aplica tanto a individuos como a grupos: estudia la dirección inteligente, flexible y adaptativa de la conducta individual, y la coordinación de múltiples agentes en grupos o equipos de colaboradores, como puede ser una sociedad animal (una colonia de hormigas o de abejas), una organización humana (una empresa con su estructura de gestión, un ejército con su jerarquía de mando), un grupo de robots, o un colectivo que combine diversos tipos de agentes (máquinas, animales y humanos).

Los fenómenos de control se dan no solo en ciertas máquinas artificiales sino en todos los seres vivos, ya que estos son agentes autónomos, es decir que disponen de algún sistema de control propio para dirigir su acción o conducta. Los diferentes seres vivos requieren distintos sistemas de control más o menos sofisticados según el repertorio de acciones que sean capaces de realizar: los organismos más complejos y versátiles son los animales con sentidos y sistema nervioso para dirigir los diversos movimientos de sus músculos y la actividad de sus glándulas y vísceras; los animales sociales deben además coordinarse para cooperar con otros individuos de su grupo.

Normalmente se estudian de forma separada e independiente el control tecnológico en máquinas artificiales (para ingenieros), la dirección de la conducta en organismos (para biólogos), y la gestión de equipos y organizaciones humanas (para psicólogos, empresarios, directivos, mandos políticos y militares). Sin embargo es útil estudiar el control como un fenómeno común a máquinas, seres vivos, humanos, grupos sociales y sus posibles combinaciones.

La cibernética es conocimiento multidisciplinar: está relacionada con las matemáticas, la lógica, la estadística, la informática, los computadores, la programación, la robótica, los autómatas, la inteligencia artificial, los sensores, los procesadores, la comunicación, el procesamiento de señales, la teoría de sistemas complejos, la ingeniería (electrónica, comunicaciones, máquinas, industria, procesos, operaciones), las ciencias cognitivas, la psicología, la economía, la organización, la gestión, la moral, el derecho, la religión, la política.

Los sistemas cibernéticos pueden ser de muchos tipos según las tecnologías o tipos de elementos e interacciones involucrados: físicos (mecánicos, hidráulicos, neumáticos, electrónicos), químicos, biológicos, industriales, psicológicos, sociales, empresariales, políticos, militares.

Un sistema cibernético puede ser una entidad natural que emerge espontáneamente como resultado de un proceso evolutivo, como es el caso de los organismos y las sociedades, o puede ser una entidad artificial diseñada y planificada, como una máquina construida o una organización con un proyecto de trabajo. La capacidad de control evoluciona de forma espontánea y natural en los organismos vivos; en los sistemas artificiales, como las máquinas herramientas y las organizaciones humanas, debe ser introducida o proporcionada por sus ingenieros, diseñadores, constructores y gerentes.

La capacidad de control es útil para realizar diversas funciones esenciales: para estabilizar un sistema contrarrestando o compensando perturbaciones (corregir errores o desviaciones de un ideal o referencia), para intentar alcanzar objetivos (conducta intencional, reflexiva, consciente), para elegir qué hacer y cómo hacerlo según las circunstancias (fines y medios de acción), para producir y ejecutar un plan o estrategia, para coordinar la acción de múltiples agentes que conviven o cooperan (coordinación social, gestión efectiva y eficiente del trabajo en equipo).

Ejemplos de control

Todos los seres vivos son sistemas autónomos, que se autocontrolan: tienen sensores o sentidos para obtener información, un sistema nervioso o equivalente para procesarla, un sistema genético para construirse y alterar su funcionamiento mediante la producción de proteínas a partir de la información contenida en su genoma, y actuadores o efectores que realizan alguna función según las instrucciones de control recibidas (activación y desactivación de máquinas moleculares y procesos celulares, movimiento por los músculos, producción y liberación de hormonas por las glándulas). Los mecanismos de control son más simples en organismos más elementales (bacterias, plantas), y más sofisticados y versátiles en organismos más complejos (animales con sistema nervioso capaces de múltiples movimientos).

La homeostasis es la capacidad de los organismos de autorregularse y mantener un equilibrio dinámico con condiciones internas estables que permiten su supervivencia, compensando o contrarrestando cambios o perturbaciones del entorno mediante alguna acción controlada como un cambio en el metabolismo o un intercambio de materia y energía con el exterior. Ejemplos son la regulación de la temperatura (sudar cuando sube, temblar o activar mecanismos de liberación de energía cuando baja), de la acidez o alcalinidad (pH), de las concentraciones de diversas sustancias (glucosa).

La conducta de los seres vivos no es por lo general aleatoria sino que es dirigida por mecanismos de control. Si un organismo percibe una oportunidad (alimento, mejores condiciones ambientales, una pareja sexual) se mueve hacia ella, la atrae o la atrapa: un paramecio se mueve hacia donde hay más nutrientes; un león está hambriento, ve una cebra y la persigue; una hoja en forma de pinza de una planta carnívora detecta a un insecto que toca sus cilios, se cierra y lo atrapa. Si un organismo percibe un peligro (un depredador, malas condiciones ambientales) se aleja de él: la cebra escapa del león, o huye para evitar el fuego. Si un animal está fatigado se para a descansar o dormir; si está hambriento busca comida, si está sediento busca agua.

Algunos seres vivos, además de autorregularse, son capaces de controlar parcialmente a otros organismos: algunas especies de hormigas cultivan hongos o cuidan de rebaños de pulgones; el ser humano ha domesticado algunos animales (ganadería) y plantas (agricultura), no solo como alimento sino como fuente de materiales o de fuerza de trabajo.

Algunos seres vivos son capaces de usar e incluso producir herramientas que les ayudan a conseguir sus objetivos: un chimpancé utiliza una piedra para romper la cáscara de una nuez, una rama pelada para capturar termitas, o una esponja hecha de hojas y musgo para recoger agua o acicalarse; una persona utiliza un cuchillo, unas tijeras, un martillo y clavos, un destornillador y tornillos. Tanto la producción como el uso de herramientas requieren capacidades de control.

Los humanos controlan y usan de forma combinada animales y herramientas: un agricultor maneja un arado tirado por un buey; un conductor dirige un carro tirado por caballos, o un trineo tirado por perros.

Los humanos tienen capacidades para controlar a otros humanos, para ser controlados por otros humanos, y para coordinarse unos con otros. El lenguaje, en sus diversos tipos y manifestaciones (natural, formal, gestual, verbal, oral, escrito), es la potente herramienta de comunicación que emplean los humanos para el control y la coordinación: no sirve solamente para describir y representar la realidad, sino especialmente para manipular el estado y la conducta de los receptores influyendo sobre ellos; mediante el lenguaje se expresan deseos, necesidades, valores, avisos, amenazas, órdenes, reglas (prohibiciones y obligaciones que restringen las posibilidades de acción legal).

El lenguaje puede utilizarse también para controlar animales y máquinas capaces de entenderlo: un humano da instrucciones a un perro o a un caballo domesticados y entrenados, o programa un ordenador mediante algún lenguaje de programación, o habla con un asistente o agente dotado de inteligencia artificial.

Un individuo puede ser un especialista en controlar la conducta de otros: un policía regula el tráfico de automóviles; un controlador aéreo controla el tráfico de aeronaves tripuladas mediante herramientas de comunicación, navegación y vigilancia; un entrenador de un equipo de fútbol americano indica a los jugadores qué jugada de ataque realizar; un director de orquesta supervisa el trabajo de los músicos; un director de cine controla el trabajo de actores y técnicos.

Los humanos construyen herramientas o máquinas y las controlan de algún modo, quizás con dispositivos de ayuda al control). También pueden incorporar en ellas automatismos para que tengan algún grado de autonomía y se controlen parcialmente solas. Un piano es una máquina controlada por un pianista; una pianola reproduce automáticamente música codificada mediante perforaciones en un rollo de papel.

Una máquina simple puede carecer de mecanismos de control autónomo, de modo que el control es proporcionado por su usuario (como un cuchillo y el cocinero, o una bicicleta y su ciclista). El autocontrol de un sistema automático puede ser más o menos parcial o total: una lavadora automática es activada por un usuario que decide qué programa de lavado utilizar, y la máquina ejecuta sola las acciones del programa elegido; una lavadora más inteligente y autónoma puede activarse sola al detectar que está llena y decidir el programa de lavado según la suciedad de la ropa.

Un automóvil es controlado por un conductor; el motor de combustión interna de un automóvil se controla externamente a través del acelerador, pero internamente dispone de múltiples mecanismos de autorregulación para su ciclo de funcionamiento (mecanismos de inyección de combustible o de carburación, de distribución para la producción de la chispa de la bujía y la apertura y el cierre de válvulas, de refrigeración); algunos vehículos tienen sistemas de ayuda a la conducción como sistemas anti bloqueo de frenos para evitar derrapar, o sistemas de control de la velocidad de crucero para mantener automáticamente la velocidad escogida; un vehículo autónomo con un sistema de piloto automático no necesita un conductor, sino que es capaz de controlarse a sí mismo ajustando su rumbo y su velocidad, y solo necesita que le indiquen a dónde debe dirigirse. La autonomía puede darse en grados o niveles según las capacidades del sistema de control, qué cosas puede hacer solo y en qué circunstancias necesita ayuda o intervención externa.

Un proyectil es lanzado por un individuo que debe determinar una velocidad inicial, tanto en dirección como en módulo: una piedra, una lanza, un hacha impulsadas manualmente, una flecha con un arco o una ballesta, una piedra con una catapulta, una bala con una pistola, un obús con un cañón. Un cañón de artillería es manejado por una unidad que regula la dirección o ángulo de tiro (en horizontal y vertical) y puede disponer de un radar de vigilancia y un sistema de predicción de la posición del blanco para objetivos en movimiento. Un misil es un proyectil autopropulsado, con capacidad de maniobra (moviendo las aletas de guía o variando el ángulo del chorro de escape) y que puede ser guiado en su trayectoria hacia su objetivo por control remoto o mediante un sistema de autoguiado (búsqueda de la señal infrarroja de calor de la tobera de un reactor, o de una señal radar o láser).

La cisterna de un inodoro es un depósito de agua que tiene un mecanismo de control de la descarga y otro mecanismo de control del llenado: la descarga se produce al abrir el conducto de salida apretando un botón o tirando de una cadena, con un mecanismo automático que vuelve a cerrar el conducto de salida cuando el depósito ha terminado de vaciarse; el llenado es controlado automáticamente por una válvula de nivel, abierta por debajo de un determinado nivel de agua y cerrada al alcanzar dicho nivel para evitar que la cisterna siga llenándose de forma indefinida y el líquido se derrame fuera de su contenedor.

El regulador centrífugo de una máquina de vapor se utiliza para mantener una velocidad aproximadamente constante. Se trata de un sensor de velocidad de rotación conectado a la entrada de combustible a la caldera: cuando la velocidad baja la entrada de combustible se abre, con lo que el motor se acelera y la velocidad tiende a subir; cuando la velocidad sube la entrada de combustible se cierra, con lo que el motor se decelera y la velocidad tiende a bajar.

La válvula de seguridad de una olla a presión permite la salida de parte del gas cuando la presión en el recipiente es excesiva, y además la salida del gas puede utilizarse para generar un sonido de alerta. En un sistema autocontrolado la válvula estaría conectada con la cocina para reducir la intensidad del calor o apagarla.

Un termostato es un dispositivo con un sensor de temperatura ambiente conectado a un procesador, y este activa un interruptor que enciende o apaga un sistema de calefacción en función de la temperatura, comparándola con una temperatura objetivo deseada, controlando así la actividad de la calefacción y la temperatura del sistema calentado (un horno, una habitación). Puede disponer además de un reloj para funcionar solamente durante un tiempo o en unas horas determinadas. Cuando la habitación se enfría, el descenso de la temperatura por debajo de la deseada es detectado por el termostato, el cual activa la calefacción (una caldera de carbón, una estufa de gas, una resistencia eléctrica); la energía liberada en forma de calor incrementa la temperatura hasta que esta alcanza el valor deseado; al detectar que se ha alcanzado la temperatura deseada el termostato apaga la calefacción. El termostato controla la calefacción y esta influye sobre la temperatura de la habitación; los cambios de temperatura de la habitación son detectados por el termostato y alteran su comportamiento (bucle de realimentación termostato → calefacción → habitación → termostato). Un termostato también puede utilizarse para controlar el funcionamiento de un sistema de aire acondicionado que enfríe un habitáculo, o un sistema mixto de calefacción y refrigeración capaz de controlar la temperatura en ambos sentidos (hacia arriba y hacia abajo).

Un regulador automático puede encender un sistema de iluminación cuando la luz ambiental es baja, apagarla cuando vuelve a ser suficiente, o incluso ajustar su intensidad según las necesidades.

Los autómatas son máquinas, instrumentos o aparatos que operan por sí mismos: contienen alguna fuente de energía recargable o están conectados a una (un muelle, el movimiento del agua o el viento, una batería o una conexión eléctrica), y un mecanismo más o menos complejo y sofisticado para generar y controlar una secuencia de movimientos. Algunos autómatas se construyen como juguetes, para el entretenimiento, o como formas de imitar movimientos y conducta de seres vivos: una caja de música, una marioneta o muñeca mecánica, figuras en relojes de cuco, figuras animadas en una atracción de feria. Otros autómatas son máquinas diseñadas para realizar alguna tarea útil: una lavadora automática, un robot en una fábrica.

Un ordenador es una máquina programable controlada por un usuario mediante unos dispositivos de entrada (teclado, ratón, micrófono, cámara) y con la ayuda de unos dispositivos de salida (monitor, altavoces). El ordenador puede utilizarse para controlar otras máquinas o procesos (una impresora, una herramienta industrial, una fábrica, una central nuclear).

Funciones y elementos de control

La actividad de control puede ser analizada o descompuesta en varias funciones especializadas complementarias, y a cada función le corresponde una estructura o elemento del sistema de control.

Las funciones principales del control son la obtención de información, el procesamiento de información (incluyendo la toma de decisiones), y la ejecución de las decisiones. A nivel físico las estructuras o elementos esenciales que realizan estas funciones son los sensores, los procesadores y los actuadores o efectores. Otras funciones esenciales relacionadas con el control son el almacenamiento de la información en memorias y la comunicación de información entre emisores y receptores mediante mensajes, señales, canales, codificadores, decodificadores, intérpretes o traductores, y protocolos de transmisión.

Un sistema obtiene información mediante sensores, la trata, transforma o procesa mediante algún dispositivo más o menos inteligente capaz de tomar decisiones (un procesador o computador, un cerebro o sistema nervioso), y ejecuta las decisiones mediante efectores o actuadores. Los sensores detectan algún fenómeno observable y generan una señal (o múltiples señales) que es enviada al procesador para que la trate; el procesador manipula, transforma o combina las señales de algún modo más o menos complejo y genera una señal de salida o decisión; los actuadores reciben la señal de salida y ejecutan la acción correspondiente.

Los sensores constituyen la sensibilidad o capacidad de percibir la realidad; los procesadores constituyen la inteligencia o capacidad de utilizar la información para interpretar la realidad, valorarla y decidir qué hacer; los actuadores o efectores constituyen la capacidad de influir sobre la realidad, de generar algún efecto que la modifique.

Todas las funciones y elementos son importantes porque su ausencia impide o anula la posibilidad de control: sin sensores no hay contacto con el mundo y se actúa a ciegas; sin procesadores no hay tratamiento o interpretación de la información ni toma de decisiones adecuadas y se actúa al azar; sin actuadores o efectores no se puede tener ningún efecto o consecuencia sobre el mundo.

La comunicación siempre existe de algún modo en un sistema cibernético, por lo menos internamente, porque los sistemas de control tienen partes diferenciadas y la información debe transmitirse entre ellas: el sensor envía información al procesador, el procesador puede ser complejo y necesitar mover información entre sus diversos componentes o subsistemas, y la decisión tomada por el procesador debe comunicarse a los actuadores. La comunicación también puede darse con memorias (se envía información a la memoria o se recibe de la memoria) o con agentes externos.

Considerando, además de los sensores y los actuadores, las funciones de almacenamiento y comunicación, y centrándose en la actividad del procesador, este recibe información de sensores, memorias u otros procesadores, trata la información, y envía los resultados de su tratamiento a actuadores, memorias u otros procesadores. Un procesador es un operador que transforma unas señales de entrada (con diversos orígenes posibles) en otras señales de salida (con diversos destinos posibles).

Es posible un sistema de control muy sencillo con un solo sensor, un solo procesador simple y un solo actuador. Los sistemas cibernéticos complejos están formados por múltiples y diversos elementos, componentes o subsistemas: pueden disponer de diferentes tipos de sensores, procesadores y actuadores, y además es posible que tengan múltiples copias de cada uno por razones de eficacia, eficiencia y seguridad (corrección de errores, resistencia a fallos, redundancia). Elementos de distinto tipo permiten realizar tareas diferentes o la misma tarea con diversas tecnologías.

Los seres humanos disponen de sensores, procesadores y actuadores, además de memorias y órganos para la comunicación: son capaces de sentir, percibir, pensar, valorar, actuar, recordar, comunicar, y muchas conductas hacen uso de todas estas capacidades. En su trabajo dentro de una organización cooperativa los diferentes especialistas pueden resaltar más algunas funciones que otras: el espía recibe y transmite información del enemigo; el general la recibe, la procesa y da órdenes de ataque; los soldados ejecutan una carga contra las posiciones rivales. El albañil coloca ladrillos según el plan del arquitecto, y también le informa del progreso de la obra y sus problemas.

Sensores, procesadores, efectores, memorias, transmisores y receptores pueden ser muy diversos según sus diferentes capacidades, eficacia y eficiencia (errores, fallos, costes): tipo, cantidad y calidad de la información obtenida por los sensores; tipo, cantidad y velocidad de las operaciones de tratamiento de la información por los procesadores; tipos de efectos, potencia (trabajo realizado por unidad de tiempo) y precisión de las acciones de los efectores; cantidad de información almacenada, velocidad de escritura y lectura de las memorias; cantidad y velocidad de información comunicada por emisores y receptores.

En algunos sistemas modulares los dispositivos de control son físicamente separables y sustituibles por otros que tengan las características adecuadas, lo cual es útil para resolver averías o para aprovechar avances tecnológicos: mejores sensores; más memoria, velocidad de procesamiento, capacidad de comunicación, fiabilidad; más capacidad de acción; menor consumo energético.

Cuestiones para economistas austriacos

Artículo en Instituto Juan de Mariana.

¿Acción humana es sinónimo de acción intencional? ¿Crees que acción debe significar acción intencional? ¿El ser humano sólo actúa intencionalmente? ¿No tiene reacciones o hábitos no intencionales, sin propósito deliberado, sin planificación? ¿Cómo de importante es la acción intencional en comparación con la no intencional? Si la acción intencional tiene resultados accidentales no previstos o no deseados, ¿cómo de importantes son estos en comparación con los objetivos previstos conseguidos?

¿Crees que lo no intencional es aleatorio? ¿La conducta no intencional no implica algún tipo de procesamiento de información y toma de decisiones? ¿No consume recursos escasos que podrían ser asignados a otras acciones? ¿No tiene costes y riesgos? ¿No tiene consecuencias o resultados en el mundo real? ¿No será que no estudias la acción no intencional porque no sabes cómo hacerlo o porque por algún motivo la desprecias? ¿Estudias la acción intencional como único modelo de la acción humana porque la comprendes fácilmente, igual que quien busca las llaves donde hay luz en lugar de hacerlo donde se han perdido? ¿Es fácil distinguir y clasificar una acción concreta como intencional o no intencional?

¿Sólo actúa el ser humano? ¿Crees que llamando conducta o comportamiento a lo que hacen los animales estás haciendo una distinción relevante? ¿Son sinónimos acción, conducta, comportamiento? ¿Sólo el ser humano actúa intencionalmente? ¿Ningún animal tiene conducta intencional? ¿Los animales no eligen? ¿Cuánto sabes, por estudio o por observación personal, de la conducta animal? ¿Por qué limitar el análisis económico al ser humano y a las acciones intencionales, con propósitos y planes? ¿No hay economía de los seres vivos no humanos? ¿Los organismos no actúan, y sus acciones no tienen consecuencias, costes y riesgos?

¿Todo lo que sabes sobre las preferencias es que son subjetivas? ¿Quizás también que son relativas y dinámicas? ¿Por qué existen las preferencias o valoraciones, de dónde vienen, por qué son las que son y no otras? ¿Son arbitrarias o aleatorias? ¿Son todas igualmente dependientes del sujeto y cambiantes? ¿Lo único interesante para el economista es saber que las preferencias se utilizan para elegir qué hacer? ¿No hay acciones que no sólo se basan en preferencias sino que tienen como objetivo construir o modificar preferencias? ¿La psicología y la economía son ciencias mutuamente excluyentes?

¿Crees que la naturaleza humana queda descrita de forma correcta y completa con la idea de acción intencional? ¿No hay otros rasgos importantes característicos de los seres humanos que los diferencian de otras entidades?

¿Es la intencionalidad una especie de misterio sobrenatural inexplicable? ¿Viola la intencionalidad las leyes de la física porque el futuro causa el presente? ¿Es posible explicar la intencionalidad mediante conceptos de física, biología, cibernética, cognición, psicología y evolución? ¿Son compatibles la intencionalidad y el determinismo? ¿Qué es y cómo funciona el libre albedrío? ¿Sabes qué es y qué implican el determinismo y el indeterminismo? ¿No te interesa investigar y conocer cómo funciona la máquina que realiza las tareas de pensamiento, valoración, elección, planificación, toma de decisiones? ¿Por qué, al hablar de ciencias naturales, algunos pensadores parecen referirse exclusivamente a la física y tal vez a otras ciencias de la naturaleza inerte? ¿No saben que existe la biología?

¿Te gustan las teorías o esquemas de pensamiento en las cuales puedes tener certezas absolutas, o al menos una gran sensación de seguridad? ¿Te incomodan los matices, las dudas, los problemas, los límites de la teoría, la posibilidad de equivocarte? ¿Prefieres decir cosas verdaderas aunque sean muy genéricas y poco concretas y aplicables? ¿Crees que sólo pensando, sin observar ni manipular el mundo, puedes conocer mucho acerca de la realidad? ¿Cuánto? ¿Eres consciente de que quizás en tu teoría praxeológica faltan las nociones de intensidad y relevancia? ¿Qué pasa si lo que dices es verdadero pero impreciso? ¿Y si se trata de verdades irrelevantes?

¿Crees que los seres humanos comprenden cómo actúan los seres humanos porque son seres humanos? ¿Entonces las partículas fundamentales entienden a otras partículas fundamentales porque son partículas fundamentales?

¿Es posible e interesante estudiar científicamente los errores y limitaciones de la acción y la toma de decisiones?

¿Puedes proporcionar alguna cita, referencia o pensador donde se afirme que la intencionalidad o la teleología no existen o no son aplicables a nada? ¿Te conformas con asumir como axioma que existe la acción intencional y te sientes orgulloso de poder demostrarlo lógicamente recurriendo a contradicciones performativas? ¿Intentas interpretar cualquier acción como intencional y si no encaja simplemente la ignoras?

¿Los hechos de las ciencias sociales son exclusivamente lo que la gente cree o piensa? ¿Las ciencias sociales sólo tratan con el interior de la mente humana y no con hechos externos objetivos?

¿Tu rechazo de las matemáticas en la economía tiene algo que ver con que seas de letras y no sepas matemáticas y te sientas incómodo con los números, las fórmulas y las estadísticas? ¿O es un mantra que repites como señal de identificación y pertenencia a un grupo? ¿Conoces los modelos matemáticos que criticas?

¿Tus ideas sobre economía pueden estar distorsionadas por tu ideología política o moral?

¿Cómo sabes que en el ámbito de la acción humana no hay constancias? ¿Es algo a priori o ex ante? ¿Es una afirmación apodíctica o hipotética? ¿Lo has observado o tal vez medido de algún modo? ¿Cómo de importantes, intensos o rápidos son los cambios? ¿Y si las desviaciones de la constancia son tan pequeñas que pueden despreciarse, al menos en una primera aproximación? ¿Estás seguro de que los eventos históricos son esencialmente irrepetibles, de modo que todos sus detalles son relevantes y la historia no puede utilizarse para apoyar o refutar ninguna teoría económica?

¿El conocimiento científico en economía no sirve para predecir nada en absoluto con ningún nivel de precisión y seguridad? ¿Y si los individuos son impredecibles individualmente pero predecibles estadísticamente? ¿Es lo mismo afirmar la no existencia de regularidades que reconocer que puede ser muy difícil conocer esas regularidades? ¿Hay constancias en otras ciencias humanas como la medicina? Si ciertas industrias, como la del seguro, utilizan de forma fiable estadísticas sobre cosas que a la gente le pasan, ¿no será posible emplear también datos estadísticos sobre lo que la gente hace? Cuanto más conozcamos de un individuo y sus circunstancias, ¿no podremos predecir y controlar mejor su conducta?

¿Sólo los individuos escogen y actúan? ¿Qué es un individuo? ¿Dónde y cuándo empieza y acaba un individuo? ¿La noción de individualidad quiere decir indivisibilidad? ¿El ser humano es indivisible? ¿El cerebro, como órgano director de la acción y encargado del procesamiento de la información y de la toma de decisiones, no tiene partes? ¿Y si el cerebro es en realidad un colectivo complejo, una sociedad de agentes que cooperan y compiten de forma parcialmente coordinada? Si una sociedad de agentes como el cerebro humano puede considerarse como un individuo con propósitos, planes, intereses, pensamientos, creencias, preferencias, ¿qué características pueden o deben tener otros colectivos para considerarse como unidades de acción, es decir agentes?

¿Sólo hay procesos de coordinación en las sociedades y mercados humanos? ¿No en los colectivos animales? Si es posible explicar fenómenos de la sociedad humana y el mercado a partir de acciones individuales, ¿no será también posible explicar al individuo a partir de sus constituyentes, su organización interna y sus interacciones con el entorno?

¿Son todos los seres humanos creativos, innovadores, empresariales? ¿Cómo es de importante la innovación en comparación con la copia, la imitación y la repetición? ¿Es el emprendedor un héroe, un personaje épico?

El espacio de posibilidades de la cultura es gigantesco, pero ¿son todas las diferencias entre ideas igualmente relevantes?

¿Crees que las palabras tienen significados claros, precisos, objetivos, y que reflejan esencias conceptuales inmutables? ¿Entiendes el lenguaje, su evolución y sus limitaciones?

¿Mencionas a menudo la evolución y la complejidad pero en realidad no sabes muy bien en qué consisten?

¿Sabes diferenciar una necesidad de una posibilidad? ¿Te conformas con decir que las cosas son seguras, imposibles o posibles, o intentas estimar probabilidades?

¿La lógica es solamente deducir teoremas a partir de axiomas o tiene también que vez con la consistencia, la coherencia, la no contradicción?

¿Sólo defiendes tus ideas e intentas confirmarlas o las criticas y atacas para comprobar su solidez y consistencia?

¿Estas preguntas te incomodan? ¿Te refuerzan en tus creencias y prejuicios? ¿O tal vez te incitan a salir de tu zona de confort, cuestionarlo todo, corregir errores y aprender algo nuevo?

Acción intencional, memes y ciencia

Artículo en Instituto Juan de Mariana.

La psicología evolucionista explica la estructura y funcionalidad de la mente humana como una sociedad de agentes especializados que constituyeron adaptaciones útiles para la resolución de problemas relacionados con el éxito en la supervivencia de los ancestros humanos en su entorno vital. Rasgos esenciales de la mente humana son la capacidad de acción intencional, la producción y transmisión de cultura y la coordinación social mediante el lenguaje.

Un agente intencional diseña mentalmente un plan de actuación basado en sus deseos y su conocimiento de la realidad; el plan es una estructura de acciones intermedias a partir de un estado inicial cuya ejecución conduce a un estado final deseado; la acción intencional persigue los objetivos subjetiva y relativamente más valiosos, utiliza medios escasos y puede fallar; los medios utilizados son bienes naturales, bienes de capital (herramientas previamente producidas) y la propia capacidad de trabajo del ser humano. La capacidad de acción humana se incrementa si dispone de más y mejores herramientas y conocimiento acerca de la realidad (tanto generalidades teóricas como concreciones empíricas).

El ser humano es capaz de imitar conductas ajenas y de este modo puede aprovechar las innovaciones exitosas de otros sin tener que aprender todo por sí mismo. La producción y copia de patrones de información genera los memes (las ideas estudiadas como reproductores) y la cultura. El lenguaje es un sistema memético que sirve como vehículo de expresión de ideas y herramienta de coordinación social. Algunos memes objetivos se utilizan para representar la realidad y expresar conocimiento; la ciencia es un sistema de obtención y comprobación metódica de información sobre la realidad; la tecnología aprovecha el conocimiento científico y lo incorpora en herramientas utilizables para la acción humana.

El conocimiento otorga poder. El ser humano es instintivamente curioso, desea aprender nuevas cosas, descubrir, inventar. La investigación como exploración de lo desconocido es una acción intencional peculiar, ya que el estado final objetivo es imposible de concretar con precisión: se trata de saber más pero no se conoce a priori exactamente el contenido concreto de lo que se va a aprender, es un proceso parcialmente aleatorio de prueba y error (selección de resultados de ensayos cuyos resultados no son perfectamente previsibles). Muchos descubrimientos científicos importantes son consecuencias imprevistas o no intencionadas de diversos programas de investigación, y en ocasiones resultan más de la observación atenta que de la acción planificada.

Los memes alcanzan éxito reproductivo en función de múltiples factores entre los cuales es especialmente importante la utilidad: que la idea tenga aplicación práctica para su portador. El meme es más exitoso si su portador lo comunica y lo comparte con otros; pero en ocasiones el ser humano prefiere mantener secreto su conocimiento para obtener una ventaja competitiva respecto a otras personas, o hacerlo público pero exigiendo derechos especiales sobre su uso (propiedad intelectual, derechos de copia, patentes). Las ideas nuevas no siempre son bienvenidas aunque sean correctas y útiles, ya que pueden amenazar la supervivencia de ideas establecidas atrincheradas como prejuicios en las mentes de sus portadores.

El conocimiento incrementa la capacidad de acción humana, pero esto no implica que sea sistemáticamente beneficioso, ya que la acción puede consistir en destruir o dañar a otras personas o sus posesiones. La valoración de cualquier realidad es subjetiva y relativa: algunas personas pueden preferir la ignorancia (propia y ajena) en ciertos ámbitos; que algo sea valorado positivamente no implica que deba actuarse para obtenerlo, ya que quizás el coste sea excesivo y no merezca la pena.