Creadores de contenido llaman a sindicarse

UGT impulsa un espacio para proteger los derechos laborales de los youtubers e instagramers

UGT impulsa la primera “Red de creadores de contenido” de redes sociales en España

Creadores de contenidos de redes sociales, que olvidan mencionar su sesgo hacia la izquierda o extrema izquierda, quieren reivindicar su profesión, aunque alguno reconozca que no es su profesión sino que le gustaría que fuera su profesión y poder vivir de ello.

Quieren defender sus derechos. No especifican cuáles son esos derechos que presuntamente tienen o tendrían, en qué se fundamentarían, y a costa de qué o quiénes serían esos derechos. Lo que realmente quieren es tener más derechos en forma de dinero y poder a costa de otros. Son muy avispados.

Quieren participar en los debates que se han generado en torno a la actividad de las redes sociales: nadie se lo prohíbe, ya están haciéndolo y tal vez lo que realmente quieren es obligar a otros a atender a lo que tienen que decir.

Denuncian falta de transparencia frente a los presuntamente arbitrarios algoritmos dirigidos por el monopolio de las grandes plataformas. ¿Si son varias grandes plataformas, no sería más bien un oligopolio? ¿Seguro que los algoritmos son arbitrarios, o tal vez buscan maximizar el interés de los consumidores? ¿A qué esperan para construir nuevas plataformas en competencia? ¿Es acaso ilegal?

También quieren proteger a los consumidores: son generosos y piensan en los demás; pobres consumidores que no pueden protegerse solos, qué harían sin los sindicalistas y papá Estado.

Exigen un reparto justo y que su trabajo sea reconocido y valorado conforme a cómo contribuyen a la riqueza de las grandes plataformas, porque ellos lo valen: esto casa mal con que sean los consumidores quienes decidan qué les parece valioso. En realidad lo que quieren es que les paguen más, dinero y poder, todo camuflado tras un discurso victimista.

Denuncian que las grandes plataformas tecnológicas se sitúan al margen del control democrático. Quieren ser ellos quienes las controlen en lugar de sus dueños.

Quieren una comunicación fluida y redes sociales seguras en las que prevalezcan los principales valores de la democracia y la libertad de expresión y la pluralidad ideológica. Casualmente la pluralidad ideológica brilla por su ausencia en su colectivo, y nadie impide su libertad de expresión. Algunos de ellos bloquean a usuarios que no son de su gusto. (Hola, Alán Barroso @AlanBarrosoA, Mauricio Schwarz @elnocturno.)

Quieren abrir vías de negociación colectivas y lograr una adecuada regulación con la administración que los proteja: o sea sindicalizarse y sindicalizar el sector, controlar ellos la regulación, eliminar la libertad de negociación individual, y usar el aparato estatal en su beneficio.

Denuncian que los términos y condiciones de la plataforma son textos incomprensibles: tal vez no han pensado en recurrir a servicios de asesoría legal, o no quieren pagarlos. También denuncian que son impuestos sólo por arriba: son más bien propuestos por las empresas, y ellos son libres de aceptar la oferta o rechazarla, igual que en la mayoría de las tiendas no se negocian o regatean los precios.

Quieren ganarse la vida con reglas del juego justas, sin aclarar cuál es su concepción de la justicia.

Quieren combatir juntos los discursos contrarios a los derechos humanos que cada día crecen más en las redes sociales: tal vez realmente quieren presentarse como héroes defensores del bien y censurar lo que no les gusta.

Dicen que desde la democracia debemos defendernos de aquellos que destruyen desde el odio: ellos son buenos y sabios que construyen y aman, son otros los malvados que destruyen y odian.

Como parte de un mundo global interconectado e interdependiente requieren que su iniciativa se tenga en cuenta en otros países y en el conjunto de la Unión Europea y dicen que deben reclamar una regulación específica y conjunta sobre su trabajo como creadores como parte del pilar social de la Unión Europea. Se creen parte de un pilar social, y en lugar de ofrecer altruistamente sus servicios a la sociedad tienen grandes reivindicaciones, exigencias y reclamaciones a nivel internacional.

Quieren mejorar sus condiciones de trabajo: como todo el mundo, pero estos lo intentan a costa de otros y de su libertad.

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