La nociva cohesión de los controladores

* Artículo publicado en el diario El Mundo el domingo 5 de diciembre de 2010.

Los controladores, movilizados como militares en estado de alarma y frente a la posibilidad de sanciones muy graves, están volviendo a sus centros de trabajo: han entrado o les han hecho entrar en razón. Sin embargo, después del caos, las pérdidas económicas y los daños morales que han provocado, muchos siguen y probablemente seguirán presentándose como víctimas de una campaña organizada e inmerecida de acoso y desprestigio. Ellos aseguran vehementemente que son personas normales, gente con familia, como todo el mundo, y profesionales que cumplen escrupulosamente con su deber, que es preocuparse por la seguridad de los demás, y que no han hecho nada malo: desgraciadamente para sus intereses, afirmar algo no lo hace automáticamente verdadero.

Seguramente culpen de este serio problema a la ineptitud de los altos cargos del gobierno y a sus jefes de Aena, que los provocaron durante todo el año y remataron sus agresiones con el decreto ley donde se explica cómo interpretar y calcular la jornada laboral. Ellos aseguran que avisaron ya hace mucho tiempo a la empresa de esta situación de falta de horas para cubrir los servicios y que no les hicieron caso: pero Aena afirma que les había informado de que su contabilidad del tiempo de trabajo era incorrecta, de modo que una ley que aclare cómo debe hacerse no debería pillarles completamente por sorpresa.

Alegan que abandonaron sus puestos de trabajo por indisposición psicofísica, algo muy difícil de determinar con seguridad de forma objetiva. Es posible que algunos de ellos se sintieran simultáneamente angustiados e incapaces de garantizar la seguridad del tráfico, prefiriendo dejar cientos de miles de pasajeros y aviones en tierra antes que arriesgarse a un accidente. Quizás no vean que resulta muy anómala su sincronizada hipersensibilidad, con esa reacción desmesurada de abandonar sus posiciones de control ante la publicación de una ley, en lugar de limitarse a recurrirla en los tribunales y manifestar su desacuerdo en los medios de comunicación. El recurrir a factores externos puede servirles para intentar evadir su responsabilidad, pero tal vez les impida reflexionar acerca de cómo ellos mismos pueden haberse metido en un callejón sin salida provocándose mutuamente la ansiedad unos a otros.

Las condiciones de trabajo y salarios muy favorables que disfrutó el colectivo de controladores durante los últimos años se deben en gran medida a su unión sindical. El criterio monolítico y la posibilidad de negarse en bloque a hacer horas extras (algunas de ellas necesarias) eran armas formidables en la mesa de negociaciones. Esa cohesión interna requiere mecanismos que integren al colectivo y lo animen a luchar como una piña, sin fisuras, sin desacuerdos, sin disensiones. Hay que llevarse bien internamente, fomentar las relaciones personales dentro del colectivo y presentar a la empresa como el enemigo ineficiente o corrupto. Los más radicales intentan manipular a los indecisos, que seguramente se dejen llevar y cedan ante sus pretensiones. Se inventan pseudoargumentos y se repiten consignas hasta que todos se las creen. No se hace caso a los disidentes, a los que hay que aislar o presentar como vendidos, traidores, esquiroles, colaboracionistas. Los jefes operativos que no están de acuerdo con las medidas de presión son demonizados y presentados como malos compañeros. Si la opinión pública no está de acuerdo es que son envidiosos o están mal informados. Y todas las actuaciones sindicales se presentan camufladas de defensa de derechos legítimos y de preocupación por la seguridad y la calidad del servicio.

Es difícil que un colectivo que lleva años huyendo hacia adelante y autoengañándose vea de repente la luz y reconozca la verdadera realidad. Necesitan grandes dosis de dolorosa reflexión y humildad para asumir sus excesos y ver que lo que conseguían era a costa de otros (las cuentas de Aena y las compañías aéreas, y los bolsillos o el tiempo de los pasajeros). Ya basta de servirse de los demás y de llegar a provocar perjuicios tan graves como los actuales: es hora de servir de forma competente y eficiente a los demás. Es hora de transparencia, de dejarse de tópicos y mitos y mostrar abiertamente cómo es el trabajo, a veces estresante pero muy a menudo rutinario, automatizado y aburrido. Es hora de auditar y cuantificar no sólo la seguridad sino también la eficiencia y la calidad del servicio. Es hora de ajustar los salarios a los resultados. Es hora de abrirse a la libre competencia sin trampa ni cartón.

13 comentarios en “La nociva cohesión de los controladores

  1. Me he quedado fascinada con el artículo de F. Capella. Además de pedagógico y excelentemente escrito, es de un valor y una responsabilidad fuera de lo común, pero tengo un par de preguntas, o dudas:¿La gestión del Ministerio ha sido la adecuada en todo momento?¿ No se podría haber ido arreglando el tema sin llegar a ets situación tan dañina para los usuarios y tan atípica para el propio sistema democrático? Otra duda: ¿Se va a aplicar también alguna medida correctora sobre otros colectivos de altísimos sueldos y dudosa productividad, como Notarios, Registradores, etc.?

    • Sobre la gestión ministerial, no puedo opinar sobre algo cuyos detalles desconozco. Se podrían analizar y criticar alternativas.

      No sé si se aplicarán otras medidas con otros colectivos (notarios, registradores, farmacias), pero como liberal defiendo su apertura a la libre competencia.

    • Sólo un comentario a Rosario: ni notarios, ni registradores ni farmacéuticos tienen sueldo. Lo que ganan lo hacen aplicando un arancel. Se podrá discutir si es o no abusivo, pero la posición de partida no es la misma. Además, a los tres colectivos citados se les han aplicado durante años rebajas arancelarias por los gobiernos de turno y de diferente signo en diferentes ocasiones.

  2. ¿Ya se sabe cuándo habían reservador la sala del hotel Auditorium? Tal vez esa sea la pistola humeante para demostrar que actuaron de forma coordinada y premeditada.

  3. A ver, cualquier juez puede claramente deducir que hubo acuerdo. ¿Desde cuándo pueden coincidir casualmente 50 personas que se ponen enfermas a la vez, controladores aéreos en inicio de puente en el mismo hotel de Madrid? Hay una cosa que se llama indicios. No hace falta ningún papel de reserva de hotel. Hay que preguntar con un poco de sentido común que así nos va y así nos manipulan. En cuanto a registradores y notarios. ¿Acaso no puedes elegir el notario que te dé la gana? Y que yo sepa no te coartan una libertad fundamental como es la libre circulación, ni paralizan un país. Y los registradores, ídem. ¿Es que no tenemos sentido de la proporción? ¿A qué vienen estas comparacines? ¿Cuándo se han puesto de huela los registradores? Debe ser alguna manía personal porque si no, no lo entiendo.
    Hacía falta que alguien del colectivo superendogámico hablara claro, aunque con el secretismo con que llevan actuando los controladores desde hace muchos años y fastidiando al personal todos los puentes, tampoco hace falta muchas luces para sospechar que han tenido agarrados por los … a todos los gobiernos con el miedo a que caiga un avión, para incrementar constantemente sus privilegios. ¿Cómo cojones se ha llegado a una nómina de 300000, 400000 euros?. Recordemos que son funcionarios (ojalá los laboralizasen) y no empresas que justifican aumento de beneficios cada año. Y que se hagan oposiciones como Dios manda. Si ponemos al zorro a cuidar de las gallinas…. tenemos controladores amiguitos de los controladores que los examinan. A la cárcel el que lo merezca y a pagar indemnizaciones a los perjudicados. Vamos, lo normal.

    • Los controladores no son funcionarios. El problema no está en amiguismo en los exámenes de entrada. No se trata tanto de quiénes como de cuántos y de si hay o no competencia libre.

      Se puede elegir notario y farmacia (registradores lo dudo), pero son profesiones cerradas, de cupos (salvo en Navarra las farmacias, por ejemplo), no abiertas a la libre competencia, y de ingresos también muy altos (piense en lo que se paga por el traspaso de una farmacia, por ejemplo). Obviamente no paralizan el país. No hay ninguna manía personal.

  4. Los controladores son víctimas de sí mismo. Recuerda cual era la retribución de un controlador en los años setenta cuando pertenecían a la subsecretaría de aviación civil. Sería comparable a un mileurista actual. AENA que fué un invento de los controladores para romper sus techos salariales al final será el mostruo que los va a devorar. Las oficinas meteorológicas de los aeropuertos siguen estando en manos de funcionarios y las torres de control con mayor motivo porque son sectores estratégicos y no tienen que ver nada con la gestión aeroportuaria, a revés, son un lastre porque es una carga para la gestión de AENA. Yo pienso que la militarización va la tiempo y que hay una reestructuración muy sería del colectivo. El error gravísimo que han comentido ha sido su fin.

  5. Sr. Francisco Capella, Con la creación de AENA que creo recordar que integró navegación aérea y aeropuertos nacionales. ¿No fue la forma de romper el techo salarial de los controladores ya que como funcionarios por ley ya estaban en el tope salarial?. ¿Qué ha aportado navegación aérea en su integración en aeropuertos nacionales si tenemos a AENA con un déficit de 14.000 millones?. La integración de los controladores en AENA, la privatización y el error cometido este fin de semana. ¿Puede que sea su fin como colectivo?.

    • Desconozco los detalles de la creación de Aena. Sobre el colectivo, siempre habrá profesionales, otra cosa es cómo estén organizados.

      De la finanzas de Aena, entiendo que los costes de Navegación eran muy altos, era fuertemente deficitaria, lo cual se pudo aguantar hasta la crisis. Aeropuertos obviamente es responsable de una parte alta de la deuda por las inversiones realizadas, pero al menos hay un colateral detrás, es a medio y largo plazo y a un tipo de interés asumible.

      • Gracias por contestar:
        Francisco Capella, creo que das en la clave para podamos llegar a entender quizás la situación actual. Con una navegación muy costosa, con inversiones sin mirar la rentabilidad y controladores a 300.000 euros, hace que AENA tenga un déficit de 14000 millones. ¿Cuáles fueron los motivos reales en 1990 para sacar navegación aérea de DGAC y hacerla empresa pública?. ¿La rentabilidad?. El tiempo ha demostrado que no. Pero sí de la ambición de un grupo reducido de ingenieros aeronáuticos encabezados por Saez Nieto y Javier Marín que a la postre creo que llegó a ser presidente de AENA y el colectivo de controladores que vendieron la moto de la rentabilidad de navegación aérea como empresa pública pero lo que en realidad buscaban eran sus beneficios personales. La jugada de la operación les salio muy bien para beneficio de los promotores, pero para los intereses de España no ha sido nada positiva y ahora a la larga creo que tampoco para un colectivo de controladores que están en la situación que están y que van hacia la privatización de su puestos de trabajo.

  6. El mejor análisis que he leído y, de paso,o por eso mismo, una radiografía del corporativismo sindical (que,en el fondo, defiende privilegios protegido con un discurso victimista y, valga la expresión, «hiperproletarizado», y con la extorsión como arma)Ahora, precisamente por ese método y modo,llevado al límite el viernes pasado, se enfrentan a su propia verdad. Y de la peor manera: «explicándolo a la Justicia y a la Opinión Pública»

  7. Pues yo no entiendo nada. ¿No es AENA la resposable de convocar las plazas? Respecto a los sueldos ¿No es cierto que es similar al de la media Europea cuando se compara total de horas trabajadas y masa salarial? Sobre la productividad ¿es cierto que mientras Europa solo aporta los datos de los pricipales 15 aeropuertos de cada país, Fomento hace la media con 30 con lo que media baja por los suelos. Creo entender que la agencia eurocontrol da sus datos diferenciando los no operativos de los operativos mientras que los ofrecidos por Fomento incluye los no operativos, o sea los directivos y altos cargos. ¿No fimo AENA un compromiso que por ley la obligaba a formar un cupo de controladores en tiempos concretos?
    Gracias.

  8. Señor Capella, permítame que le agradezca su sentido del humor y que tenga la delicadeza de hacernos sonreír, incluso reír abiertamente, a los que en estos momentos nos asomamos a su blog en busca de información honesta y veraz.
    Hacía tiempo que no oía un chiste tan inteligente y de tan fina ironía como el de aplicar reglas de libre mercado y abrir a la libre competencia los servicios de los notarios…
    Sra. Rodríguez Sanz, con el mayor de los respetos, me gustaría hacerle notar, aunque seguramente usted llegue a la misma conclusión con sólo reflexionar un minuto, que hay servicios públicos que no pueden medirse en términos de productividad o rendimiento económico. ¿Cómo mediría usted la productividad de un médico? ¿Tal vez por el número de enfermos atendidos? También podría considerse que uno que atiende 10 enfermos y cura a 9 de ellos es más productivo que el que atiende 10 y sólo cura a 3, pues esto repercute en un aumento del gasto sanitario. ¿Qué productividad tendría un oncólogo? Seguramente la más baja de todo el colectivo de médicos. Así que, aplicando criterios de productividas, se debería bajar el sueldo de los oncólogos. Incluso, teniendo en cuenta la crisis en la que estamos sumidos, deberíamos eliminar del sistema sanitario público a estos empleados poco productivos.

    Un notario es un FEDATARIO PÚBLICO, lo que significa que aquello de lo que da fe, esto es, aquello que afirma como cierto, ES CIERTO. Y lo es ante cualquier instancia. ¿Investiría usted de tal poder a cualquier persona sujeta al libre juego de la oferta y la demanda, a la libre competencia? ¿Firmaría usted ante esa persona la escritura de adquisición de su vivienda, por la que se va a hipotecar el resto de su vida? ¿Le confiaría todo su patrimonio? ¿Admitiría como totalmente confiable un poder firmado por alguien así? El motivo de los elevados honorarios de los notarios no es otro que el de garantizar su independencia.
    Con respecto a lo de profesión cerrada, es absolutamente falso. Cualquier persona puede ser notario, sólo ha de tener una titulación en Derecho y aprobar unas oposiciones de acceso libre, eso sí, de las más duras y exigentes que hay, requieren muchos años de preparación, como lógicamente corresponde al enorme poder y responsabilidad del servicio que se va a prestar.
    Que conste que no soy notario, ni familiar de notario, ni amigo de notario, ni siento especial simpatía por los notarios, ni siquiera conozco a un notario; aunque sí he utilizado sus servicios en varias ocasiones, como casi todo el mundo.
    Ironías aparte, señor Capella, resulta chocante que hable con tanta autoridad moral e «intelectual» de ciertos temas y en otros vierta un cúmulo de vaguedades, imprecisiones e incorreciones; y que incluso demuestre una total falta de información y, le ruego me perdone si le ofendo, de sentido común. Como fuente de opinión pública, que lo es, se le puede exigir, como mínimo, que esté correctamente informado. Cualquiera con un mínimo de inteligencia, sentido común y sentido crítico podrá llegar -como he hecho yo- a sus propias conclusiones dedicando un poco de tiempo a leer con atención sus artículos, así que no me extenderé más. Sólo quería llamar la atención sobre sus incoherencias y dar un motivo de reflexión a quien desee hacerlo.
    Un cordial saludo.

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